Hace muchos años que se escucha a los turistas hablar de lo armoniosa que es la semana santa, lo bello que son los coros, lo hermoso que es la expocisión de arte religioso, de como la ciudad blanca se ve impecable y para que negarlo, es verdad, Popayán, sus pobladores se sienten orgullosos de ser quienes hacen posible esto cada año, cuando en las ultimas semanas de marzo los dueños de casas, casonas y locales, deben pintar de blanco la fachada de sus predios para la gran celebración, cuando se les pide a las trabajadoras sexuales que salgan de su habitual lugar de trabajo cerca al sector historico y se vayan dos cuadras mas abajo, cuando desde aun mas temprano se les pide a los barrenderos que se pulan, para mostrar a una ciudad limpia, pulcra, blanca. La semana santa es uno de los eventos con los que mas nos identificamos a nivel nacional e incluso internacional.
La semana santa o entre los jovenes y algunos ya entrados en años, "parranda santa", es un momento en donde la gente hoy en día se pregunta ¿si en realidad aun tiene esa fuerza, esa motivacion que llevó a los primeros patojos, a cargar esos pesados pasos?, y no solo eso, sino llenar de un sin fin de gente las calles en honor al sacrificio de nuestro señor por nosotros.
Entre los jovenes esa fuerza espiritual, ese acongojamiento, ese arrepentimiento, esa alegria, ese todo, que llena de orgullo a los mas viejos de la ciudad y a los cargueros, lo cual de por si es un trabajo a honor que siguen una linea familiar completa, todo eso se ha perdido, a diferencia de uno que otro que aprovecha esta semana para estar en familia y compartir los distintos eventos culturales y sitios de convergencia. Entonces debemos preguntarnos ¿qué ha remplazado estos sentimientos de respeto y alegria religiosa?, la respuesta es quizas el cambio de modos culturales mas liberados de los canones que se tenían ya hace bastantes años; pero, sobre todo el despertar sexual de los jovenes a una edad temprana, es la semana santa el momento en donde hay mas afluencia de estos en el sector histórico, no para asistir a las procesiones, sino para ver que "nenas" o que "nenes" se ven en las calles, los grupos, pandilas, "el parche", esta reunido para "analizar la situación", para ver en donde es la fiesta y el "foforro", "la farra", en qué discoteca, bar, antro o lugar en donde se van a reunir para conocer nuevas personas, para hacer la conquista de la semana.
Siendo una semana de recogimiento en si mismos y una semana de descanso nos preguntamos entonces por el pudor de estos jovene. quienes la aprovechan y se convierten en buscadores de aventuras de nuevas amigos y amigas, esta busqueda se ve deleitada por las noches de procesión, en donde a todos los lados en donde se vea, se encuentra una gran variedad de personas, de todas las edades, generos, condición social y nacionalidades. "Es una masturbación visual" comenta Andrés, un joven de catorce años que con su "parche" ha subido al centro de la ciudad desde que tenia nueve años a mirar niñas o nenas en semana santa. pero si se le preguntara por el número de pasos que salen cierto día o hacia donde se dirige, el ignora la pregunta pues según el, solo le interesa ver a las nenas que esten por ahi desparchadas y en buen ambiente para invitarlas a rumbear. pero no solo es en los jovenes hombres, en las mujeres ocurre algo que es mas que normal hoy, es la forma de vestir, sexis atuendos que muestran mucho y dejan poco a la imaginación, son las más bellas flores del campo llamando a que se les vea en una noche oscura en busqueda de una pequeña aventura, son las amigas de los confidente, que en cada esquina paran a ver a un niño lindo que esta sentado con su parche o recibiendo una llamada al celular, es el que esta vestido con los jeanes y la camisa a cuadros, es el de los ojos lindos, el del carro, el que estudia en tal parte ...., "es la mejor época para hacer amigos", comenta Sandra, "mis papás me dan permiso para salir por que saben que vamos muchas amigas juntas al centro", sino no me dejarian salir, "desde que tengo doce años he ido a las procesiones con mis amigas".
La semana santa se acerca y con ella las historias de procesiones, de santos, de sacrificios, de noches largas a la luz de muchisimas velas, de intimas miradas y picarescas sonrisas, de comentarios burlescos, de rumbas con finales inusuales. La semana santa es un icono de nuestra ciudad quijotesca y un momento especial en donde los contrarelatos de esa ciudad blanca aparecen entre ellos estas historias de pudo.